viernes, 26 de mayo de 2017

LCDA. ADRIANA DELGADO 2DA ACTIVIDAD CASTELLANO 5TO AÑO

Temas  a estudiar
Lapso: 3ero
Asignatura: Castellano
Año: 5to
Secciones: A, B, C, D.
Docente: DELGADO ADRIANA.

Tema numero 2

LITERATURA CONTEMPORÁNEA

Historia de la literatura moderna

Literatura moderna y literatura contemporánea son expresiones que la bibliografía utiliza para referirse a la literatura de la Edad Contemporánea (definida habitualmente como el periodo iniciado con la Revolución francesa (1789) hasta el presente); y no a la literatura de la Edad Moderna (siglos XV-XVIII). Son conceptos definidos con criterios estéticos y no tanto cronológicos, caracterizándose por los valores de originalidad y ruptura frente a los de tradición y continuidad; de un modo similar a como se definen los conceptos de arte moderno y arte contemporáneo.

Vanguardias.

Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918), que impuso la estética angustiada del expresionismo, en el período de entreguerras (1918-1939), agitado por el ascenso de los totalitarismos (la Unión Soviética, la Italia fascista y la Alemania nazi) y la crisis del 29, surgen numerosos proyectos de literatura experimental asociados a las vanguardias artísticas, que encontraron una más visible difusión en la pintura: futurismo (Marinetti), dadaísmo (Tristan Tzara), surrealismo (André Breton), etc.
En España, etiquetas como el ultraísmo, el creacionismo, la poesía pura y el surrealismo fueron asignadas a distintas fases de las trayectorias personales de cada uno de los componentes de la generación de 1927: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Emilio Prados o Manuel Altolaguirre. El más importante de los epígonos del 27 fue Miguel Hernández, mientras que otros poetas, como León Felipe, se sitúan en una generación anterior. Separados de la mayor parte de ellos por la tragedia de la Guerra Civil Española y el exilio, los poetas del bando franquista: José María Pemán o Luis Rosales. En el llamado exilio interior surgió la poesía social de la generación de 1950 (Blas de Otero, José Hierro, Jaime Gil de Biedma) y posteriormente los denominados novísimos.
En Hispanoamérica destacaron los chilenos Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Gabriela Mistral; los argentinos Jorge Luis Borges y Alfonsina Storni y el peruano César Vallejo (España, aparta de mí este cáliz). Otros movimientos fueron el estridentismo, Los Contemporáneos y la novela regionalista.
Tras la Segunda Guerra Mundial, los años cincuenta fueron presididos por el existencialismo, escuela filosófica que influyó notablemente en la literatura (literatura existencialista), incluso por la actividad literaria de los propios pensadores de ese movimiento (Jean Paul Sartre -autor de la primera novela existencialista, La náusea, 1931- Simone de Beauvoir, Albert Camus, etc.), además de ser influido por ésta (se considera a Dostoyevsky una de sus figuras fundacionales o su principal precedente literario). Además del denominado teatro existencialista, el teatro del absurdo es muy a menudo entendido como una expresión de la angustia existencial del ser humano en la era del miedo que presenció el Holocausto, la bomba de Hiroshima y el equilibrio del terror de la guerra fría.4 Significativamente, lecturas filosóficas como las obras de Nietzsche, estuvieron entre las más extendidas entre la juventud universitaria que protagonizó la revolución de 1968.

Postmodernidad, transvanguardia, deconstrucción, metanarrativa

Desde finales del siglo XX, tras el agotamiento de las fórmulas literarias habituales se busca la experimentación con muy distintos recursos (relatos circulares, juegos de palabras, mezcla de disciplinas artísticas, etc.): Rayuela de Julio Cortázar, El nombre de la rosa de Umberto Eco o Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante.

La transformación de los géneros

La transformación de la narrativa

La narrativa, que formalmente se sometió a todo tipo de experimentaciones (cuestionamiento del narrador, del protagonista, de la necesidad o no de que exista argumento o hilo conductor de hechos —que pase algo o que no pase nada—, modificaciones de la tradicional estructura narrativa —elipsis, flash-back— e incluso gramática -uso forzado de los estilos: estilo directo, estilo indirecto, estilo indirecto libre, monólogo interior-, etc.) transcurrió por diferentes trayectorias en las literaturas de cada una de las lenguas y culturas de mayor desarrollo:
  • la narrativa inglesa-norteamericana, con precedentes en autores del XIX como Mark Twain (Las aventuras de Tom Sawyer), Herman Melville (Moby Dick), Henry James (Otra vuelta de tuerca), o Jack London (Colmillo Blanco), y desarrollada en el siglo XX por autores como William Faulkner (El ruido y la furia), F. Scott Fitzgerald (El gran Gatsby), John Dos Passos (Manhattan Transfer), Henry Miller (Trópico de Cáncer), Ernest Hemingway (El viejo y el mar), Jack Kerouac (On the Road), J. D. Salinger (El guardián entre el centeno), Charles Bukowski (realismo sucio), Paul Auster (La trilogía de Nueva York), Tom Wolfe (La hoguera de las vanidades), John Kennedy Toole (La conjura de los necios);
  • la inglesa-británica con Joseph Conrad (El corazón de las tinieblas), H. G. Wells (La guerra de los mundos), Aldous Huxley (Un mundo feliz), George Orwell (1984), Lawrence Durrell (El cuarteto de Alejandría), William Golding (El señor de las moscas);
  • la inglesa-irlandesa, con James Joyce (Ulises) y Samuel Beckett (quien también escribió en francés);
  • la alemana, con autores como Franz Kafka (El proceso), Herman Hesse (El lobo estepario), Thomas Mann (La montaña mágica), o Günter Grass (El tambor de hojalata), (la relación de los literatos alemanes con el nazismo sigue siendo uno de los temas más polémicos en su historia cultural -véase Exilliteratur, Escritores bajo el nacionalsocialismo, Historiografía#Historiografía alemana-);
  • la francesa, con autores como Marcel Proust (En busca del tiempo perdido), André Gide (Los monederos falsos), Antoine de Saint-Exupéry (El principito), Louis-Ferdinand Céline (Viaje al fin de la noche), André Malraux (L'Espoire), Georges Bernanos (Los grandes cementerios bajo la luna), Albert Camus (El extranjero), Jean Genet (Notre-Dame-des-Fleurs), Marguerite Yourcenar (Memorias de Adriano), Alain Robbe-Grillet (movimiento nouveau roman), Françoise Sagan (Buenos días, tristeza), Anaïs Nin (Diarios), Georges Perec (El secuestro), etc.
  • la rusa, con la pléyade de novelistas del XIX que va de Nikolái Gógol a León Tolstói (Literatura rusa#El Siglo de Oro de literatura rusa (siglo XIX)), y continuó en el XX con autores con mayor o menor proximidad al régimen soviético (Máximo Gorki, Borís Pasternak), llegando a la disidencia y al exilio (Vladímir Nabókov, Aleksandr Solzhenitsyn);
  • la italiana con Giovanni Papini (Gog) o Italo Calvino (El barón rampante);
  • la escandinava con la danesa Isak Dinesen (Memorias de África) y la sueca Astrid Lindgren (Pippi Långstrump);
  • la checa con Jaroslav Hašek (El buen soldado Švejk);
  • la portuguesa con José Saramago (Ensayo sobre la ceguera)
  • la española en España, con autores como Valle Inclán (Tirano Banderas), Miguel de Unamuno (Niebla), Pío Baroja (El árbol de la ciencia), José Martínez Ruiz (Antonio Azorín), Gabriel Miró (Años y leguas), Ramón Pérez de Ayala (Tigre Juan), etc.;
  • la española del exilio, en el que muchos literatos españoles tuvieron que continuar su obra tras ésta: Arturo Barea (La forja de un rebelde), Francisco Ayala (El fondo del vaso), Ramón J. Sender (Réquiem por un campesino español), etc.;
  • la española del interior: Camilo José Cela (La colmena), Miguel Delibes (Cinco horas con Mario), Luis Martín Santos (Tiempo de silencio), Juan Benet (Volverás a Región), Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama), Gonzalo Torrente Ballester (La saga/fuga de J. B.), Juan Goytisolo (Señas de identidad), Manuel Vázquez Montalbán (serie Pepe Carvalho), Eduardo Mendoza (La verdad sobre el caso Savolta), etc.
  • la española en Hispanoamérica, con el denominado Boom latinoamericano, un fenómeno editorial que vinculó a un numeroso grupo de autores de los años sesenta y setenta, de muy distintos estilos (aunque casi todos se caracterizan por desarrollos propios de la literatura experimental, y bastantes de ellos se identifican con el realismo mágico). Algunos ni siquiera eran jóvenes en esa época, como Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges o Miguel Ángel Asturias; o ni siquiera eran narradores, como los poetas Pablo Neruda u Octavio Paz. Entre otros, pueden citarse a: Juan Rulfo (Pedro Páramo), Carlos Fuentes (La muerte de Artemio Cruz), Julio Cortázar (Rayuela), Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros), Gabriel García Márquez (Cien años de soledad), Guillermo Cabrera Infante (La Habana para un infante difunto), Manuel Mujica Láinez (Bomarzo), Augusto Roa Bastos (Yo el Supremo) Juan Carlos Onetti (Juntacadáveres), Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas), Augusto Monterroso (El Dinosaurio), etc.

La transformación de la poesía

Todas las lenguas y naciones han tenido poetas que han renovado la forma y el contenido de la expresión poética. Entre otros, y citados por orden cronológico de fecha de nacimiento, estarían Walt Whitman (1819), Paul Verlaine (1844), Rabindranath Tagore (1861), Gabriele D'Annunzio (1863), Constantino Cavafis (1863), Rubén Darío (1867), Rainer Maria Rilke (1875), Guillaume Apollinaire (1880), Jalil Gibran (1883), T. S. Eliot (1888), Fernando Pessoa (1888), Borís Pasternak (1890), Vladímir Mayakovski (1893), Wen Yiduo (1899), Dylan Thomas (1914) o Yukio Mishima (1925).

La transformación del teatro

Desde finales del siglo XIX, el teatro se transforma con las aportaciones del noruego Henrik Ibsen, el sueco August Strindberg, los ingleses Bernard Shaw y Oscar Wilde, los españoles Valle-Inclán y Federico García Lorca, los rusos Iván Turgénev y Antón Chéjov, el italiano Luigi Pirandello, el alemán Bertolt Brecht, etc.
Especial importancia tuvo a mediados de siglo XX el teatro del absurdo: Eugène Ionesco, Samuel Beckett, Alfred Jarry, Antonin Artaud, Virgilio Piñera, Jean Genet, Tom Stoppard, Arthur Adamov, Harold Pinter, Slawomir Mrozek, Enrique Jardiel Poncela, Miguel Mihura, Edgar Neville, Fernando Arrabal, etc.
Fundamental importancia tuvo la renovación de la forma en que se concebía la puesta en escena de las obras teatrales, desde el trabajo de los actores (método Stanislavski, Lee Strasberg y el Actors Studio) hasta la escenografía y el cuestionamiento de todas las convenciones teatrales: el espacio escénico (vulneración de la cuarta pared e implicación de los espectadores), la autoría y los roles tradicionales en las compañías teatrales (en beneficio de las figuras del grupo de teatro y del director teatral).

ACTIVIDADES:

1) LEER EL TEXTO PRESENTADO Y RESUMIRLO EN SU CUADERNO DE CASTELLANO
2) INVESTIGAR Y REDACTAR EN SU CUADERNO TODO LO REFERENTE AL REALISMO MÁGICO ( HISTORIA, CONCEPTO,  CARACTERÍSTICAS, EXPONENTES,TIEMPO)
LEER Y HACER UNA SÍNTESIS DE 4 TEXTOS QUE REPRESENTEN AL REALISMO MÁGICO LUEGO IDENTIFICAR  LAS CARACTERÍSTICAS  DEL REALISMO PRESENTES EN CADA UNO 
3) DESCARGAR Y LEER  "LA PESTE" DEL AUTOR ALBERT CAMUS EL MISMO SE PUEDE DESCARGAR DE LOS SIGUIENTES ENLACES : 
A)  http://ww2.educarchile.cl/UserFiles/P0001/File/articles-106161_Archivo.pdf
B)  http://www98.zippyshare.com/v/26U8Xu08/file.html

O DEL QUE CONSIDERE CONVENIENTE. LEER EL LIBRO COMPLETO Y PREPARARSE PARA PRESENTARLO EN EVALUACIÓN ORAL EN FORMA PRESENCIAL EN CLASE.
 FECHAS: 
5TO A : 12/06/2017
5TO B : 14/06/2017
5TO C : 13/06/2017
5TO D : 16/06/2017






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